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GALERÍA BAR LA PARADA

En este caso, tenemos la prueba en imagen de que una pintura es capaz de abrir un campo visual en el local. El museo Guggenheim modifica las proporciones del espacio. Un simple rincón, se convierte en un balcón, haciendo cenar a los clientes, sobre la mismísima ría de Bilbao. Las paredes lisas, producidas por una obra reciente, hacen que el añadido de las pinturas, que toman referencia en de Bilbao, le da un toque “CHIC” al ambiente.

Todo se construye con los elementos que se encuentran en la sala, como la columna por ejemplo, que en un punto exacto del suelo, se añade a la composición general fortaleciendo la sensación de panorámica y creando así más amplitud.